Bendita profesión

No solo en las actuales tiempos que corren, sino que ya antes de comenzar la "crisis" han sido contadas las veces en que me he encontrado a gente que estuviera satisfecha con su trabajo. Ya fuera por el tipo de trabajo que desempeñaban, el sueldo o los horarios, aunque a veces también por los compañeros.

Yo he tenido unos trabajos muy variados a lo largo de mi vida laboral, y siempre he intentado sacar algo positivo de todos ellos, porque me han enseñado algo que me ha ayudado a mejorar como persona y profesional.

En la actualidad estoy trabajando temporalmente, en una oficina de turismo. Mi principal función es asesorar e informar al peregrino que está realizando el Camino Francés, además de informar a cualquier turista que me solicite información del concejo en el que me encuentro, labores de marketing y administrativas. Mi turno empieza los domingos. ¿Sorprendente y que pocos aceptarían? Es turismo, y nosotros trabajamos cuando el resto descansa. Yo estoy feliz de trabajar los domingos. Le encuentro muchas ventajas:
  • Los domingos por la mañana no tengo atascos para ir al trabajo.
  • No tengo tirria a  los domingos por la tarde como el resto de la gente que se deprimen pensando que se les acaba el fin de semana y el lunes tienen que ir a trabajar. 
  • Hace que la semana parezca más corta.
  • Para mí los lunes son como un martes.
  • Cuando los miércoles están pensando que aún están a mitad de semana, yo estoy en vísperas de coger mis descansos.
  • Mis clientes son alegres y receptivos. Al estar de vacaciones están más felices y eso se transmite.
  • Me parece que aprovecho más el día cuando trabajo.
El sector del turismo tiene fama de ser muy sacrificado, sin desmerecer otras honradas profesiones dignas de mi admiración como son: la de minero, pescador, agricultor y médico; pero me refiero al hecho de que los sueldos suelen ser bajos y los horarios a veces son interminables, algunos duran los 365 días del año. Mucha gente que trabaja en este mundo lo hace por necesidad y no por devoción.

A pesar de estos inconvenientes le sigo encontrando puntos favorables. Los que nos dedicamos al turismo trabajamos cuando el resto se divierte y viceversa; por lo que nosotros tenemos la suerte de viajar en temporada baja con precios más asequibles, sin atascos en las carreteras, aeropuertos,etc; no tenemos colas para que nos atiendan en un hotel o en una oficina de turismo,etc con lo que la atención es mejor porque la persona que nos atiende no está desbordada de clientes y puede dedicarnos más tiempo. Conversar cada día con gente de distintas culturas    y ámbitos, nos enriquece en todos los aspectos y nos ayudan a ser mejores en nuestro trabajo.

No es fácil conseguir que un consumidor se vaya satisfecho. En turismo los clientes son muy exigentes y la gente viene muy preparada (a causa de la información que ha obtenido por internet). Como me decía un profesor cuando yo estudiaba la carrera: "el turismo es poco agradecido porque la gente se va a gastar en sus vacaciones el dinero que con tanto esfuerzo ha estado ahorrando a lo largo del año para su tiempo de ocio, es por ello que van a ser más exigentes. Pidiendo más de la categoría por la que han pagado." De manera que siempre hay que intentar superar las expectativas del cliente y conseguir que se vaya satisfecho y arrancarles una sonrisa. Cuando logro esto, es como decir, "ha sido un buen día porque el hecho de ver feliz al cliente me ha alegrado a mí el día". Cuando a mayores consigues convertir a ese cliente en fiel seguidor, cosa nada fácil hoy con la competencia que existe y los clientes que son  infieles, tendrá muchas posibilidades de que se convierta además en un amigo.

Es por todo ello que digo "bendita profesión ésta que he elegido". 
Ojalá que usted tenga la misma suerte que yo y se dedique a su pasión. Si aún no la ha encontrado, le deseo suerte en su búsqueda. ¿Qué trabajo hace que como a mí, le hacen "chiribitas sus ojos y su rostro se ilumina cuando habla de ello"?

Disfrute del día, sea feliz y honrado.

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